Nuestra Paris-Roubaix 2025: sudor, pavé y gloria

El sábado 12 de abril de 2025 quedará grabado en nuestra memoria como uno de esos días épicos que justifican cada hora de entrenamiento, cada pinchazo y cada madrugón.

Esta vez fuimos siete valientes los que nos lanzamos a por el mítico reto de la Paris-Roubaix Challenge, enfrentándonos a un recorrido de 147,5 km, de los cuales más de 40 km eran sobre el legendario pavé. Un auténtico campo de batalla de piedras y vibraciones que pone a prueba no solo las piernas, sino también la cabeza.

Afortunadamente, el clima jugó a nuestro favor: un día soleado y caluroso, que nos dio energía para encarar cada tramo con determinación (y mucho bidón). A pesar del sufrimiento, de las manos doloridas y de las bicicletas crujiendo, cada pedalada nos acercaba a ese momento mágico…

…y la guinda final llegó cuando entramos todos juntos al velódromo de Roubaix. Cruzar esa línea de meta en grupo, con sonrisas y polvo en la cara, fue sencillamente inolvidable. Otro desafío superado. Otra historia para contar.

Pero el fin de semana no terminó ahí. Al día siguiente, nos tocaba vivir el otro lado de esta clásica: ver a los profesionales enfrentarse a los mismos tramos que nosotros habíamos sufrido. Estuvimos animando en dos de los puntos más míticos y brutales del recorrido: el Bosque de Arenberg y el Carrefour de l’Arbre, ambos con la temida calificación de 5 estrellas.

Ver pasar a los mejores del mundo, sintiendo el estruendo de las ruedas sobre el adoquín, fue el broche perfecto para un fin de semana que nos recordó por qué amamos tanto este deporte.


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